miércoles, 25 de febrero de 2009

domingo, 1 de febrero de 2009

Edinburgh y Aberdeen (Scotland)

Whisky y cerveza, haggies y scones, kilts y gaitas, parques escarchados, castillos e iglesias, campos verdes, ríos y grajos, Mar del Norte... A Edimburgo hay que ir, las fotos no le hacen justicia.

















Aberdeen


sábado, 10 de enero de 2009

Feliz 2009

He estado algo liada organizando un viaje a Escocia dentro de dos semanitas y a Londres en Febrero con alumn@s. Para cuando me quiera dar cuenta me he plantado en Pascua y me vuelvo a ir de viaje... ¡Yujuuuu! Pero bueno, que no me he olvidado de nadie y os deseo un Feliz 2009, que lo empecéis tan bien como yo y que lo acabéis aún mejor, pero que no se acabe pronto, que dure, pero la crisis que no dure, pero que si dura que nos beneficie, pero que nos beneficie sin perjudicar a ningún inocente, que no lo pasemos mal por los que no están, pero que siempre estén en nuestro recuerdo, que disfrutemos, que cumplamos nuestros deseos, que nos quede algún deseo por cumplir para tener ilusión por algo, que soñemos pero que tengamos los pies en el suelo, que no cometamos equivocaciones, que no nos den caña si las cometemos... Si sigo me puedo poner muy ripiosa, pero que os quiero, leche!

Os aseguro que no soy tan mala con las artes gráficas, pero esta postal tan austera sólo pretende que os imaginéis la postal que más os guste... tras la saturación de postales, imágenes de aldeas nevadas, papeles de regalo y adornos y belenes.

domingo, 28 de diciembre de 2008

jueves, 11 de diciembre de 2008

Larga mañana invernal

Siete y media de la mañana. Día de invierno. Olga sale de casa escopeteada. "¡Adiós tesoro! ¡Me voy!". Un gruñido suena al fondo del pasillo para despedirse. Hay cola para el ascensor así que baja los cuatro pisos de escaleras a pie, corriendo y con tacones de aguja. Superada la prueba, ha de enfrentarse al resbaladizo suelo del garaje. Sube al coche, arranca y sale al oscuro y frío día. Normalmente no pilla los semáforos en rojo, pero hoy todos. Último semáforo, ya casi ha llegado. Cuando se pone en verde se le cuela una excavadora con una señal de 40 Km hora delante. "¡Mierda!". Por suerte el conductor es civilizado y quiere darle paso, echándose a un lado de la carretera y cediendo parte del carril. Ella hace un par de amagos pero los coches que vienen de frente no dejan espacio. Empieza a impacientarse. Por fin surge una oportunidad, aunque ha de invadir el otro carril y pisar línea contínua. "¡Bien!". Al rebasar a la excavadora un coche que viene de frente le hace señales con las luces largas. "¿Eh? ¿Cómo?". Antes de que pueda preguntarse qué, la explicación está en frente de sus narices: un control de la Guardia Civil de Tráfico. "Me cago en la puta". Se pone nerviosa y se le escapa una apestosa flatulencia. Un guardia de unos cuarenta años le indica que pare a un lado. Olga obedece, con cara de espanto. Otro guardia, más joven, de unos treinta años, mira a Olga y la nota nerviosa. Se acerca al coche. Mientras tanto el otro guardia da golpecitos a la ventanilla de Olga para que la baje. Ella obedece, dejando salir el tufillo de su pedo de terror.
- Señorita, ¿tiene Ud. el permiso de conducir?
- ¿Eh? Sí, sí... un momento.
Olga busca en el bolso, nerviosa, seguro que la van a multar y quitarle muchos puntos. Ya se lo imagina: Olga la temeraria, la que se quedó sin carnet. Lo que se van a burlar en el trabajo. Y su marido... Su marido se va a mosquear que te cagas.
El agente joven llega hasta el coche de Olga.
- Bermúdez, déjelo que ya me encargo yo- le guiña un ojo en señal de complicidad.- Es un 3/16, ¿verdad?
Bermúdez sonríe disimuladamente.
- Me temo que sí, un 3/16. Ya van cinco hoy.
Olga les mira preocupada. Joder, una vez, ¡una vez! En los ocho años que tiene carnet no ha cometido ni una imprudencia y jamás la han parado.
- ¿Un... un... 3/16?
- Una infracción grave, señorita, según el código vigente. ¿Tiene Ud. el carnet o no? Si no lo tiene ya tenemos dos infracciones... Bermúdez, ¿cuántos puntos son un 3/16?
- Pero ¿qué es un 3/16? ¿de qué se me acusa?
- No se haga Ud. la tonta, que lo sabe perfectamente.
Olga empieza a sudar. La barriga le duele de todas las flatulencias que quieren salir y no deben, ¡no salgáis! ¡Por favor! El policía joven le hace una seña a otro con pinta de novato cuyo apodo es casualmente "Novato".
- Chst, Novato. ¡Ven para acá!
- A sus órdenes sargento.
- Esta señorita acaba de cometer un 3/16.
Olga no aguanta más y se echa a llorar.
-¡Por favor! ¡No me quiten el carnet! No quería hacerlo, pero es que estaba ya al borde de la desesperación. Sé que ha estado mal. La excavadora me daba paso y he adelantado, pero sólo he pisado un poco la línea, un poco. En mi vida lo he hecho, lo juro.
Las caras de guasa de los guardias se vuelven serias.
- Novato, ¿qué opinas?
- En esta carretera... ¿conducción temeraria?
- Y encima se ha tirado un pedo antes de abrir la ventanilla, ¿desacato a la autoridad?
- Muy bien, Novato. Bermúdez te enseñará cómo tomar los datos y poner la multa por conducción temeraria. El pedo se lo vamos a perdonar.
Se ríen los tres. Olga solloza. El guardia se marcha con una sonrisa de oreja a oreja. Si es que pican todos, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Minutos más tarde Olga se marcha llorando a moco tendido, con un buen multazo y 6 puntos menos en el carnet. ¡Toma día! ¡Y sólo acaba de empezar!
Bermúdez y el Novato se acercan al guardia, que está hinchado de satisfacción.
- Bermúdez, no sé lo que es un 3/16.
- Que te lo explique éste.
- Mira, Novato. Un delito muy grave: un 3/16 es estar condenadamente buena.
- Joder, sargento ¿y eso es delito?
- Pues normalmente no multamos, avisamos a los colegas para que se alegren la vista y ya está. Pero la rubia esta, además de cometer un 3/16 es una loca hija de puta que me debía una desde la universidad. A ver quién es ahora el gay reprimido.
Uno de los guardias llama al guardia desde la otra punta: "¡Óscar! ¡Corre! ¡Un 3/16 y de los gordos!"

martes, 9 de diciembre de 2008

Un mal día

Óscar se despierta y se da una ducha. Se afeita y se echa aftershave. "Joder, qué guapo estoy", se dice. Aprieta la barriga delante del espejo y pone caras de foto. Luego se pasa el pulgar por los labios, como el tío del anuncio de Martini. Coge sus trastos, un zumo y se va a la universidad.

En la parada del autobús una rubia imponente se sienta junto a él. Mira impaciente el reloj y asoma la cabeza varias veces a la carretera. Óscar se hace el interesante: básicamente pone pose de tipo duro, imitando a los machotes del gimnasio.

Rubia: Perdona, ¿ha pasado ya el 12?
Óscar: El do-do-do-doce n...n...no. (corrige a una voz algo más viril) No, pasa a menos cinco.


La rubia resopla, tiene prisa.

Óscar: ¿Arquitectura?

La rubia se vuelve extrañada.

Rubia: ¿Cómo dices?
Óscar: He pensado que igual... estudias arquitectura, como llevas esos tubos para papeles...
Rubia: Oye, ¿no estarás intentando ligar conmigo?
Óscar: (atónito) ¿Qué? ¡No! ¡Qué dices! (suelta una falsa carcajada nerviosa)


Llega el autobús y la rubia sube corriendo.

Rubia: Joder, les haces una pregunta y ya se creen que te vas a ir a la cama con ellos.

Una chica con gafas que la sigue le echa una mirada de desprecio a Óscar y sube detrás. Óscar finge ante los otros pasajeros como si la cosa no fuera con él. Sube al autobús y sólo queda un sitio libre, junto a la rubia, separados por el pasillo. La rubia mira a otro lado, molesta por el atrevimiento de Óscar. Joder, es que no se puede estar buena, te entran hasta en la parada del autobús.

Óscar: Oye... perdona.
Rubia: Mira, no quiero nada contigo, ¿vale?
Óscar: No, si yo tampoco, eso te quería aclarar, que antes en la parada del autobús sólo quería dar conversación.
Chica de las gafas: ¡Ja!
Óscar: Oye, contigo no va la cosa.
Chica de las gafas: Típico...
Óscar: Vamos a ver... me aburría, ¿de acuerdo? Soy una persona sociable, hablo con cualquiera.
Chica de las gafas: ¿Y también le miras el culo a cualquiera?
Rubia: ¡Eso! Pervertido...
Óscar: ¿Qué? Yo no le he mirado el... No te he mirado.
Rubia: No te gusta mi culo, ¿no?
Óscar: No lo sé, no te lo he mirado.
Rubia:¿Qué te crees? ¿Que eres el primero que me mira el culo o me entra con preguntitas absurdas?
Óscar: Joder, pero ¿qué te pasa?
Rubia: No, ¿qué te pasa a ti?
Óscar: Ya te lo he dicho, que no quiero nada. Era una simple y estúpida conversación. Me suena tu cara, de verte en el autobús, y pensaba que podríamos charlar...
Rubia: Mierda... lo sabía.
Chica de las gafas: Qué fuerte.
Rubia: ¿Te das cuenta?
Chica de las gafas: ¿Y quién no se da cuenta?

Óscar: ¿De qué?
Rubia: Mira, perververtido. O dejas de perseguirme o te denunciaré a la policía.
Óscar: ¿Perseguirte? ¡Qué dices!
Rubia: Sí, perseguirme. Estás obsesionado conmigo, cosa que es normal, me pasa a menudo, pero hasta aquí hemos llegado. Si te vuelvo a ver en mi autobús o en mi parada o cerca de mí te denunciaré.

Óscar: Escucha, bonita, que es MI autobús y MI parada, llevo tres años cogiendo este autobús y me suena tu cara, ya está. Pero ni te sigo ni estoy obesionado contigo.
Chica de las gafas: Hay una web donde salen publicados los delincuentes sexuales que viven en tu barrio.
Rubia: Que sepas que llevo un espray en el bolso que te puede dejar ciego.
Óscar: Pero si ni siquiera me gustas. Pero nada de nada. Ni aunque te pusieras en pelotas y bailaras aquí en plan stripper me pondrías lo más mínimo.
Chica de las gafas: Lo sabía.
Rubia: Y yo, el típico gay cuya madre nunca aceptó su homosexualidad y ahora odia a las mujeres. Patético.
Óscar: Oye, que no me gustes no quiere decir que sea gay.
Chica de las gafas: Y ahora lo niega. Un clásico...
Rubia: Qué psicópata.

El autobús para y la rubia y la chica de las gafas se bajan indignadas. Óscar no se atreve a bajar, a pesar de que es su parada. El señor de bigote que había sentado junto a la rubia le echa un guiño de ojo, coqueteando con él.

Óscar: ¿Qué?
Señor de bigote: Nada... que yo también... también entiendo, ya sabes.
Óscar: No, no no no, yo no entiendo. Ellas han dicho eso, pero no, no entiendo.
Señor de bigote: Ah, bueno... Pues nada.
Óscar: ¿No intentará Usted ligar conmigo?
Señor de bigote: Uy, qué disparate. En absoluto.
Óscar: ¿Cómo que disparate? ¿No le gusto? ¿Qué problema tengo? Si soy un bomboncito. Tengo 22 años, buen cuerpo, ojos verdes...

Señor de bigote: Marrones.

El señor de bigote se baja del autobús, intentando no mirar atrás y volverse a encontrar con la expresión frustrada de Óscar.

Óscar: ¡Oiga! ¿Ni un poquito?

Continuará

(en el próximo capítulo Óscar vuelve a encontrarse con la rubia imponente e insiste en aclarar lo sucedido)

lunes, 8 de diciembre de 2008

The Killers: Mr Brightside

Esta canción de The Killers, publicada en su primer lp Hot fuss en 2004, casi ganó un Grammy en 2006, perdiendo contra unos impersonales Maroon 5. Tres video clips se hicieron para esta canción, aunque yo me quedo con la versión a lo Moulin Rouge por razones que saltan a la vista (léase mi anterior post sobre pelo encrespado).
Mr Brightside, que yo traduciría como "Don Lado Bueno", en el sentido de optimista, es una sencilla canción sobre un tema complejo: los celos. ¿Qué no somos capaces de hacer por celos? Nos convierten en espías, en fantasmas, en homicidas... Ojalá hubiera medicinas o soluciones para combatirlos, pero una vez te atacan son como una fiebre tropical que nubla tu visión. Un simple beso puede desatar todo tipo de imaginaciones.

Tengo dos interpretaciones para esta canción, las dos muy suculentas. Se aceptan sugerencias y contrainterpretaciones. ;-)
Interpretación 1: Una mirada, un beso, un gesto... y ya te has enamorado. Pero esa chica es de otro. Al dolor de no poder estar juntos se une el de saber que está en otros brazos.
Interpretación 2: Sólo fue un beso, un beso de nada. Tu pareja te confiesa que ha estado con otro, pero nada de qué preocuparse. A partir de ahí... la mente empieza a desvariar y ya no hay vuelta atrás ¿o sí?


I'm coming out of my cage (Salgo de mi jaula)
And I’ve been doing just fine (he estado bien)
Gotta gotta be down (es para estar triste)
Because I want it all (porque lo quiero todo)
It started out with a kiss (empezó con un beso)
How did it end up like this? (¿cómo acabó así?)
It was only a kiss, it was only a kiss (sólo fue un beso)
Now I’m falling asleep (ahora me duermo)
And she’s calling a cab (ella llama a un taxi)
While he’s having a smoke (él está fumando)
And she’s taking a drag (ella le da una calada)
Now they’re going to bed (ahora se van a la cama)
And my stomach is sick (me dan arcadas)
And it’s all in my head (y está todo en mi cabeza)

But she’s touching his chest (ella toca su pecho) $
Now, he takes off her dress (él le quita el vestido)
Now, let me go (déjame ir)
And I just can’t look - it's killing me (no puedo mirar, me está matando)
And taking control (tomando el control)

Jealousy, turning saints into the sea (celos, tirar al mar lo más preciado)
Turning through sick lullabies (bailar nanas enfermizas)
Choking on your alibis (ahogarse con tus coartadas)
But it’s just the price I pay (pero es el precio que he de pagar)
Destiny is calling me (el destino me llama)
Open up my eager eyes (abre mis ojos ansiosos)
‘Cause I’m Mr Brightside (porque soy Don Lado Bueno)

(Repite todo)


¿De dónde hemos sacado ese sentimiento de propiedad sobre la pareja? Quizás es eso, más que el beso infiel, lo que hiere de muerte a las parejas. Amor, confianza, sinceridad, fidelidad, infidelidad, celos... cosas aprendidas. Pero ¿qué seríamos nosotros sin nuestras cosas aprendidas?

sábado, 6 de diciembre de 2008

Bad hair day

No hay expresión en castellano, pero vendría a traducirse por "Día de pelo despeinado". Sólo alguien con el pelo rizado natural sabe lo que es un "bad hair day". Todo el mundo tiene sus días y días: días de regla, días de mala cara, días de mal sueño, un simple "mal día", pero los "bad hair days" son exclusivos de los que nacemos con pelo rizado.
El otro día en el trabajo un par de compañeras de pelo rizado y yo estuvimos de acuerdo: "hoy es un bad hair day". Motivo: lluvia. Un simple chispeo y ya está, los rizos se encogen como la serpentina y ya tenemos la cabeza como un mocho.
Normalmente lo notas al despertarte. "Mmm"- te dices al ver el amasijo de pelos sabiendo que será uno de esos días - "hoy llueve". Tras la batalla matutina de champús contra encrespamiento, macarillas hidratantes, espumas avivadoras de rizos, serums milagrosos, sales a la calle más o menos peinada. Vaya, no llueve. Todavía... pero lloverá. Lo sé. Algo más tarde, da igual cuándo, empieza a llover. Sonríes con satisfacción: lo sabía, no falla.
Un "bad hair day" puede pillarte de forma inesperada. Te levantas con normalidad y tras cumplir con tu rutina diaria sales bien peinadita de casa. El pronóstico del tiempo era bueno, sol y temperatura primaveral. Al cabo de unas horas, en el trabajo, te cruzas involuntariamente con un espejo o una ventana o algo reflectante. ¡Dioooooooooooos! Se me había olvidado que hoy me baja la regla. Ahí está para recordártelo... el pelo enmarañado. Además ese preciso día seguro que alguien te dirá que tienes un pelo precioso y que si es natural.
Los días peores, los que yo llamaría "Disaster hair days", se los busca una. Sabemos a qué nos exponemos, pero no importa... va en el contrato. Esos son los que menos duelen y con el tiempo empiezan incluso a darte risa. Darte una vuelta con niebla o cuando hace viento, un paseo en moto con el pelo mojado, un ratito en la proa del barco con su agua saladita rociándote a la vez que el viento y el sol hacen el resto, una pasadita con el secador con difusor...
Me ha costado 34 años aceptarlo, el pelo rizado tiene vida propia, es independiente, va a su rollo y gana todas las batallas. Tenemos que unirnos contra los champús antiencrespamiento y sus fabricantes. Hemos de poner el pelo encrespado de moda. Gritad conmigo: ¡¡Viva el encrespamiento!!

jueves, 4 de diciembre de 2008

Nasti de plasti


Hace ya unos 12 años que uso internet. Antes de usar internet los ordenadores para mí eran simples videojuegos. La afición y dedicación de mi padre a los ordenadores ha permitido que los haya conocido todos: spectrum, amstrad, commodore amiga... Era una privilegiada porque podía jugar a los marcianitos en casa, sin necesidad de echar 5 duros en la máquina de los recreativos.
Cuando internet llegó a nuestras vidas, era más cosa de hombres que de mujeres, así que unas pocas "machotas" nos teníamos que abrir paso en la fila de ordenadores de la biblioteca de la universidad para chatear un rato. Alguna vez incluso corrió peligro mi integridad física. Un "borinot" de los que se tenían que meter internet en vena me amenazó tras acusarme de acaparar uno de los ordenadores. "Cuando vayas por las escaleras, vigila tu espalda", me dijo al más puro estilo de la Mafia. Pero no sabía con quién se metía...
Los peores tiempos fueron los previos a la tarifa plana. Las facturas de teléfono eran astronómicas y había épocas de ley seca y batallas con mi hermana por hacernos con un ratito de chat.
Luego vino el desmadre: ciberquedadas, cibernovios, cibersexo... De alguna manera, ese anonimato que permite internet despertó en todos un lado oculto. Algunos nos sentimos más desinhibidos al hablar de nosotros mismos, otros nos reconstruimos y nos convertimos en alguien más osado o interesante... Estas facetas ocultas han ido aflorando y desarrollándose con los años. Internet ha dado muchas cosas nuevas y refrescantes a una vida clásica y sedienta de emociones. Madre mía si hubiera tenido internet con 12 años! Desde luego que no habría aprobado ni media asignatura.
También internet hizo aflorar lados oscuros de alguna gente. La red está plagada de depravados de todo tipo que utilizan esto para aprovecharse. Si hubiera tenido internet con 12 años no quiero ni pensar en cuánto pederasta y viejo verde me habría encontrado por mis ventanitas.
Hoy veo a mis alumnos de 12 años con sus facebooks, sus ipods, sus móviles de última generación. Les pregunté hace poco si sabían cuántas pesetas era un Euro. Ni idea. "Profe, un euro es un euro: 100 céntimos. ¿Pa qué nos preguntas eso?" Pues sí, ciertas cosas se quedarán para pregunta de Trivial... en la historia. Hace 12 años, en tiempos de la universidad (que parecen ayer) no había móviles y los que los llevaban parecían absurdos y ridículos, como el Agente 86 con su zapatófono. Recuerdo cuando Trini me regaló un cd rom que le habían dado con una enciclopedia porque aseguraba que pasarían siglos hasta que un ordenador entrara en su casa.
¿Pasa rápido el tiempo o es que el progreso vuela? Fuimos la generación... Fuimos. Ahora vengo de instalar una pizarra digital en clase y de una sesión de 15 minutos de gimnasia pasiva.
Volveré a hablar de este tema dentro de 12 años, no sé en qué formato, ni en qué medio, pero sí que sé que me reiré de internet, de los móviles, de los ipods, de la gimnasia pasiva y de los cacharros digitales, como me río hoy de las máquinas de escribir, las dobles pletinas y los zapatófonos.

martes, 2 de diciembre de 2008

La suerte ¿existe?

Llevo unos días dándole vueltas al asunto de la suerte. ¿Hay algo de fortuito en esta vida? Si no lo hay, ¿qué quiere decir? ¿Estamos ya predestinados a lo que nos ocurra?
Un caso práctico...
El domingo pasado me fui con mi hermana y dos amigas a tomar un café al Diferens, un bar nuevo de Altea. Yo normalmente no tomo café, hace mucho tiempo que dejé la cafeína, pero como ese día hacía fresco me apeteció algo calentito en lugar de mi clásico zumo de naranja.
Pues bien, mi hermana, que es más de cocacola se pidió un zumo de naranja y bingo! Gusanos en el zumo. Ahora analizo y pienso... ¿Eran esos mis gusanos y cambié mi suerte con una pequeña e insignificante decisión? ¿Fui yo la que cambié mi suerte o estaba predestinada a no tomarme esos gusanos? ¿O quizás fue más fuerte la mala racha de mi hermana? ¿Está la mala suerte por encima de todas las suertes y el destino?
El asunto del zumo de gusanos del Diferens me llevó a imaginarme qué habría pasado si ese zumo me lo hubiera tomado yo:
1. no ocurre nada, no me doy cuenta y mi vida sigue igual.
b. me doy cuenta y monto un pollo al camarero y me voy indignada.
c. me doy cuenta y empiezo a encontrarme mal, intoxicada por los gusanos.
d. no me doy cuenta y me da una diarrea galopante al día siguiente y no entiendo por qué.
En fin... las consecuencias podrían ser mil. Sin embargo fue mi hermana la que pidió ese zumo y ni siquiera se enfadó, lo comprendió perfectamente, le puede pasar a cualquiera. El camarero no nos lo cobró y la vida sigue.
A los pocos minutos, entró una mujer con su perrito, un perrito clavado a Pancho el del anuncio del Gordo. Se me ocurrió que quizás era una señal. Sé que son supersticiones, pero ¿era casualidad que aquel perro fuera el vivo retrato de Pancho y que yo llevara un boleto del Gordo en el bolso? Y si lo era... ¿no son primas hermanas la casualidad y la suerte?
Me costó convencer a Sandra, pero en un arranque de excentricidad saqué mi boleto y conseguí que Sandra se lo frotara en el lomo al perrito, para darme suerte.
Ese día pensé que quizás escribiría algo sobre este tema. Mi intención remota se convirtió en algo más real cuando miré los números del Gordo del domingo: ni un acierto. ¡Mierda! Haciendo memoria recordé que he vuelto a tiempos de mala suerte: dos hervidos quemados en una semana, un bote de pimienta entero vaciado sobre un arroz que estaba cocinando, no quedan galletas de las que me gustan en el súper... La suerte no está conmigo, pero sé que existe. Si existe la mala suerte, ha de existir la buena. Conseguí esquivar la mala el domingo con el zumo... pero me pilló otra vez con el Gordo de la Primitiva. Me estoy entrenando estos días para darle esquinazo el 22 de Diciembre. Que la entretenga otro!